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Cómo las DANAs están cambiando la forma en que se reconstruyen las carreteras en Valencia

junio 5, 2025
Cómo las DANAs están cambiando la forma en que se reconstruyen las carreteras en Valencia

La Comunidad Valenciana ha vivido en la última década un aumento notable en la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos. Entre ellos, las DANAs (Depresiones Aisladas en Niveles Altos) se han consolidado como uno de los eventos más destructivos tanto para las zonas urbanas como para las infraestructuras de transporte. Valencia, por su posición geográfica y su densidad poblacional, se ha convertido en un punto crítico de análisis para quienes estudian el impacto del cambio climático y la necesidad urgente de replantear cómo se diseñan y reconstruyen sus vías de comunicación.

En particular, el sector de la obra civil y la ingeniería de caminos está poniendo especial énfasis en la innovación en la reconstrucción de carreteras, un campo que hasta hace pocos años se centraba en la eficiencia económica y el rendimiento técnico, pero que ahora se ve obligado a incorporar variables como la resiliencia frente a lluvias torrenciales, la sostenibilidad y la adaptabilidad climática.

CONTENIDO

    Qué son las DANAs y por qué afectan tanto a la infraestructura valenciana

    Las DANAs son fenómenos atmosféricos que se producen cuando una masa de aire frío en altura se aísla del flujo general de la atmósfera y entra en contacto con aire cálido y húmedo a niveles bajos. Este contraste genera una inestabilidad que da lugar a lluvias muy intensas, que pueden descargar en pocas horas el equivalente a varios meses de precipitación. Valencia, bañada por un mar Mediterráneo cada vez más cálido, es un entorno ideal para que estas tormentas se intensifiquen.

    El problema no es solo la cantidad de agua, sino la velocidad con la que cae y el terreno donde impacta. Las infraestructuras viales —carreteras, puentes, túneles— no están diseñadas para resistir descargas tan rápidas. El agua busca salidas naturales, arrastra tierra, colapsa taludes, rebosa alcantarillas y convierte caminos en ríos. La consecuencia inmediata es el corte de vías, el aislamiento de poblaciones y un daño estructural costoso y, muchas veces, evitable.

    Carreteras vulnerables ante un clima cambiante

    Uno de los aspectos más visibles del paso de una DANA por territorio valenciano es el destrozo en las vías de comunicación. Desde la AP-7 hasta caminos rurales en la Vega Baja o en la comarca de La Safor, cada episodio deja tramos intransitables, hundimientos, desprendimientos y daños que requieren reconstrucciones urgentes. Pero lo preocupante es que muchas de estas reparaciones siguen modelos tradicionales que no contemplan que el problema no es puntual, sino cíclico y creciente.

    Por ello, la innovación en la reconstrucción de carreteras ya no es una opción, sino una obligación técnica, económica y social. No se trata solo de volver a poner el asfalto en su sitio, sino de rediseñar todo el sistema de forma que sea capaz de resistir nuevas DANAs sin que se repitan los mismos fallos.

    Nuevas tecnologías para reconstruir de forma inteligente

    En los últimos años, Valencia ha comenzado a adoptar soluciones más avanzadas para responder a los retos climáticos en el ámbito de la infraestructura vial. Estas son algunas de las estrategias más destacadas:

    • Pavimentos porosos y drenantes: permiten una mejor evacuación del agua y reducen la acumulación en superficie, evitando que se formen balsas que erosionan el firme.

    • Refuerzos estructurales con geotextiles: se colocan bajo la superficie para mejorar la estabilidad del terreno y prevenir hundimientos o desplazamientos de tierra.

    • Drenajes longitudinales y transversales optimizados: diseñados para soportar flujos de agua más intensos y reducir el tiempo de permanencia del agua sobre el asfalto.

    • Sistemas de monitoreo en tiempo real: sensores instalados en puntos estratégicos permiten anticipar saturaciones del subsuelo, desplazamientos o aumento de presión hidráulica, activando protocolos antes del colapso.

    • Modelos predictivos basados en inteligencia artificial: permiten simular escenarios de impacto de una DANA y planificar intervenciones antes de que se produzca un fallo.

    Estas tecnologías no solo aumentan la durabilidad de las carreteras, sino que reducen drásticamente los costes de mantenimiento a largo plazo y mejoran la seguridad de los usuarios.

    La coordinación entre administraciones como pilar del cambio

    Uno de los factores clave para lograr avances sostenibles en este campo es la colaboración entre los distintos niveles de la administración pública: desde los ayuntamientos que gestionan caminos rurales, hasta la Generalitat Valenciana y el Ministerio de Transportes. La reconstrucción inteligente no puede depender de soluciones aisladas o improvisadas.

    Además, los fondos europeos para la resiliencia y la transición ecológica representan una oportunidad histórica para modernizar la red de carreteras de la Comunidad Valenciana. Estos recursos deben orientarse con criterios técnicos claros: priorizar zonas de alto riesgo, aplicar materiales certificados frente al agua, e invertir en formación para los equipos técnicos y operativos que ejecutan las obras.

    También el sector privado tiene un papel central. Empresas constructoras, fabricantes de materiales y estudios de ingeniería están llamados a liderar el proceso de innovación, aportando soluciones prácticas y probadas. Valencia puede convertirse en un laboratorio real de adaptación climática, mostrando cómo una región mediterránea puede responder con inteligencia y anticipación a las nuevas condiciones meteorológicas.